martes, 21 de diciembre de 2010

Creado por Augusto Boal, el Teatro del Oprimido vuelve a ser difundido en Argentina de la mano de Raúl Shalom.

Y el arte para qué y para quién: Raúl Shalom lo sabe hace tiempo, desde que en los 80 decidió adentrarse en el segundo y tercer cordón del conurbano bonaerense. Dice que ya va por el medio siglo y que es abuelo, aunque un par de anteojos raros y la barbita excéntrica lo desmienten. Hace un año se mudó al "valle", dice, en Córdoba, porque la "ciudad" tiene mucho stress. Sí, claro, el teatro burgués, cómo no, le gusta mucho, pero también, dice, desde ahí hay que generar algo: "No puedo concebir una obra, una puesta, que no abra puertas a lo social".
El actor, director de teatro, murguero, psicólogo social y coordinador del Centro Cultural de los Reartes, el hombre de la paz, Shalom, el que saluda con su nombre, cree y asegura que el arte será transformador o no será nada. El sueño adolescente, la vocación militante, la experiencia en teatro callejero, la aventura posible de la autogestión, la participación en el grupo Culebrón Timbal se lo dictaban. No era un invento. Atrás había historia y teoría poco difundidas. Negadas: "En los setenta, gente como Norman Briski (creador del grupo Octubre) y Ricardo Talento (director de los Calandracas, de Barracas, y codirector junto a Adhemar Bianchi, de "El fulgor argentino") empezaron con el teatro comunitario en barrios, fábricas y villas, experiencias muy ricas que después se acallaron y a las que siguieron treinta años muy difíciles. Por eso, aunque durante mucho tiempo creíamos haber inventado una teoría, ya estaba. Y así nos encontramos con los textos de Augusto Boal sobre el Teatro del Oprimido que siguen sin editarse en Buenos Aires", cuenta Shalom que conoció al director brasileño -fallecido en 2009- y se capacitó con una de sus discípulas, Mariana Villani, integrante del grupo Teatraviesas, de Barcelona. La intención era profundizar en una metodología aplicable a la realidad de los que menos tienen y pueden, concretada en la formación de una red latinoamericana llamada Relato sur, que en enero de este año armó el primer encuentro en Jujuy.
No obstante, Shalom se resistía a trabajar con docentes y profesionales de clase media, finalmente asumió su "efecto multiplicador" en las clases bajas. Por lo que no solo dicta cursos intensivos en el CELCIT -en enero realizará otro, en la sede de Moreno 431- sino que además nos concede una apretada síntesis para el pequeñoburgués interesado: "El Teatro del Oprimido surge en Brasil en los años 60 con el fin de proteger los derechos violados de los campesinos. Para eso, Boal construye una metodología con elementos tomados de la pedagogía de Paulo Freire y las propuestas artísticas de Bertolt Brecht, en la búsqueda de la utilización del arte como herramienta de construcción social, participación y organización de grupos. No hay actores profesionales. Cualquiera puede actuar porque todos somos teatro y cualquiera puede hacerlo. Como el cuerpo no miente, se utilizan dinámicas lúdicas, teatrales, musicales, de murga y artes plásticas tomando los juegos como metáforas sociales. La técnica más conocida es el "teatro foro" donde se presenta una escena breve, de unos diez minutos, que plantea un conflicto cotidiano. Al finalizar, un moderador invita al público a buscar la solución del conflicto poniéndose en el lugar de alguno de los personajes. El espectador no es pasivo, es un espectactor -lo llama Boal- que propone alternativas al reemplazar al actor. Se transforma la realidad de la escena como un ensayo y un desbloqueo para transformar la realidad fuera de escena".
No se trata de llevar una obra adonde no hay. Mientras los elencos giran y la realidad queda, en su lugar el Teatro del Oprimido trabaja con lo que se tiene para cambiarlo: el final siempre está abierto, las alternativas son a elección, la catarsis no purifica sino que compromete, la opinión no es discurso sino acción. "La gente sencilla, que en general no se mueve de donde vive, no conoce sus derechos y mucho menos cómo defenderlos; al verse representada, puede ver cómo resolver, buscar caminos a un problema que le parecía intransformable. Porque si a la gente no le pasa algo, no estamos haciendo arte", dice Shalom.
Leni Gonzalez. Revista Ñ. 18 de diciembre de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

LAS POCIONES DEL CIENTIFICO COLIFATO

 
Grupo teatral "Desinfectando conciencias" Domingos 25/07 y 01/08
¡¡¡HOLAAAAA!!!!!! ESTAN TODOS INVITADOS PARA VENIR A VER LA OBRA DE TEATRO INFANTIL "LAS POCIONES DEL CIENTIFICO COLIFATO" DEL GRUPO TEATRAL DESINFECTANDO CONCIENCIAS AL CUAL ORGULLOSAMENTE PERTENECEMOS. EL GUION ES DE AUTORIA DEL GRUPO ASI COMO TAMBIEN LA ESCENOGRAFIA, EL VESTUARIO, EL MAQUILLAJE....LAS ENTRADAS SON BARATAS Y LA OBRA MUY DIVERTIDA... ASIQUE QUIEN TENGA HIJOS, NIETOS, PRIMOS, SOBRINOS, AHIJADOS, AMIGUITOS... TRAIGANLOS!!!!!!!!!!!!!!!!! QUE SE LO VAN A PASAR MUY, MUY BIEN. ESTE DOMINGO 25/07 Y EL PROXIMO 1/08 A LAS 15.00 HS EN EL SOCIAL (19 Y 20). A LOS MAYORES QUE VAYAN SE LES PIDE QUE LLEVEN UN CUBIERTO QUE LES SOBRE DE ALGUN JUEGO (CUCHARA, CUCHARITA, TENEDOR, CUCHILLO) LUEGO SE LOS VAMOS A DONAR AL COMEDOR DEL HOSPITAL SUBZONAL DE NUESTRA CIUDAD PORQUE ESTAN NECESITANDO.
¡¡¡OJALA PUEDAN VENIR!!!!!!
APOYEMOS AL TEATRO EN BALCARCE... HECHO POR GENTE DE BALCARCE!!!!!!
P.D.: A VOS... ¡SI A VOS!... QUE NO TENES HIJOS, NIETOS, SOBRINOS, O ALGUN NENE PARA LLEVAR... NO TE OLVIDES DEL QUE LLEVAS ADENTRO TUYO... LLEVALO... ¡¡¡SE VA A DIVERTIR!!!!!!

sábado, 26 de junio de 2010

Eduardo "Tato" Pavlovsky y un homenaje a su carrera que rescata piezas perdidas


Lo más lindo no es ser autor, sino actuar.
El dramaturgo y actor señala que, aunque no estuvo involucrado en la preparación de los actos en el C. C. de la Cooperación y Calibán, “esto tiene una gran repercusión emocional en mí”. Y trata de descifrar las claves de la vigencia de sus textos.
El homenaje a Eduardo “Tato” Pavlovsky, que comenzará hoy en el C. C. de la Cooperación, toma como punto de partida La espera trágica, escrita a comienzos de los ’60. Una pieza que en algunos aspectos se completó de manera curiosa, y esto lo cuenta el autor, quien yendo a pedir una receta a Julio Tahier, pediatra de su hija Carolina, descubre en éste a un admirador: “Me preguntó si conocía al Pavlovsky que hacía teatro. ‘Soy yo, le dije’, y me miró como si estuviera ante Robert Redford. Le gustaba el teatro y quería meterse en el ambiente. Le pregunté si tenía alguna idea de escenografía, y me respondió con tanto entusiasmo que le ofrecí ocuparse de la escenografía de La espera trágica y El aniversario, de Anton Chéjov. Hizo un trabajo lindísimo en cartulina con tinta negra. Julio era muy riguroso. Se incorporó a nuestro grupo Yenesí y tomamos clases con Alejandra Boero, Pedro Asquini y Conrado Ramonet, de Nuevo Teatro”. –¿Diría que La espera trágica es una pieza del absurdo? –Teníamos una inclinación un poco girada hacia la vanguardia, hacia el teatro de Samuel Becket, Eugène Ionesco, Sean O’Casey, Arthur Adamov... Tahier –que también dirigió La espera...– puso obras de Fernando Arrabal, Griselda Gambaro... Se fue acercando mucha gente al grupo, que él aceptaba con la condición de que estudiaran: no quería hacer “teatro de muchachos y muchachas bien”. –¿Se refería a jóvenes de clase alta? –Estaba Julita von Grolman, que era preciosa, y había otras chicas... En el ambiente nos respetaban, porque encarábamos el trabajo con seriedad. Conocí bien a Asquini; le interesaba el teatro político. No le importaba que alguien no fuera de izquierda; podía ser un autor como el poeta Paul Claudel, de derecha, pero debía definirse, expresarse tal cual era. No soportaba el teatro de la banalidad. Era buena persona. Sufrió un cimbrón sentimental, pero no dejó que lo ayudáramos. “Estas cosas hay que vivirlas”, decía. –¿Opina lo mismo sobre las crisis amorosas? –Lo entendí mucho después, viendo cómo se sobrevaloraba la ayuda psicoanalítica. Sin duda, el psicoanálisis ha sido valioso como estudio de la subjetividad, pero –y sobre todo entre nosotros– se analiza por causas que a veces pueden solucionarse de una manera más fácil. De los pacientes que tengo en grupo, ninguno tiene un registro menor de quince años. –¿Puede que esa concurrencia pase por el deseo de sociabilidad? –Ellos conocen mi formación psicoanalítica, pero igual les hago el chiste diciéndoles que soy organizador de un espectáculo. Nunca he cuestionado el análisis, aunque comprendo que en algunos casos es demasiado largo en relación con la problemática que la persona trae. Si fuera por hablar, uno no dejaría de hacerlo hasta su muerte, y pasa que hay momentos importantes y otros que no lo son. –¿Ocurre algo similar con la creación teatral? –Acabo de terminar una obra, y por momentos pienso que es muy buena y en otros, que no la podré estrenar en lugares “formales”, que debo buscar un lugar escondido, porque es demasiado fuerte, algo escatológica: la relación amorosa de una madre con su hijo, que a su vez se muestra agradecido. Ella le enseña todo sobre la sexualidad para que no lo aprenda con una puta. El lenguaje es pornográfico, y eso produce malestar. –Aunque distinto, el malestar no es nuevo en sus obras: lo generó Sólo brumas y, a su manera, Potestad, incluida en esta programación. –Descubrí que hay mucha gente joven que se siente atraída por Potestad y mi estética ideológica. Creo que en lo mío ha habido coherencia desde el comienzo de mi trabajo; coherencia que, en cine, encuentro en las películas de Fernando “Pino” Solanas, desde La hora de los hornos hasta los últimos documentales. Potestad sigue gustando; recorrió países, la llevamos a festivales, tuve experiencias extraordinarias con estudiantes, y ahora, en julio, iremos a La Plata. Ahí la estética pasa por saber qué piensa y siente un raptor de niños, porque decir “éste es un raptor y ésta, una mujer a la que le han sacado la nena” no es suficiente en el teatro. Uno debe colocarse en el lugar del raptor, como en El señor Galíndez, en el papel del torturador (obra que estrenó Jaime Kogan en 1973). Ese hombre quiere sacar a la nena del “mundo rojo”, llevarla a un buen colegio... Es infernal, pero puede ser un buen padre; y no todos los hijos quieren apartarse de un padre como ése. Una cuestión es condenar el hecho criminal y otra –como en Potestad– intentar descubrir qué siente ese raptor por la nena. Una discusión muy común es la que pone el acento en que alguien así no puede sentir nada afectivo porque está disociado. Yo creo que esa apreciación es demasiado simple, que la banalidad del mal –el hecho de eludir la responsabilidad directa– es compleja, cercana y amplia. –En ese nivel de comprensión, ¿qué estrategia utiliza el actor ante el personaje? –Uno tiene que querer al monstruo, encontrar alguna afinidad para creerle, porque ese hombre que lleva a la nena en brazos está convencido de que la está salvando del infierno. Potestad nació como un monólogo para presentar junto a Telarañas, que se estrenó en el Payró, dirigida por Alberto Ure. Lo escribí después de ver cómo lloraba un hombre al que le habían sacado la hija. –¿Es de los que encuentran en casi todo materia para dramatizar? –El teatro es una de mis grandes pasiones, aunque en los últimos tiempos me está resultando complicado. Estrenar Sólo brumas, viajar con la obra, llevar la escenografía... Será que a veces me canso..., pero tengo gente que me ayuda. Y me convocan, también. Ahora filmé durante tres días, dirigido por Luis Ortega. No podría decir si la película (No le mientas al diablo) es una conspiración o un delirio. Trabaja Julieta Ortega, Joaquín Furriel, Alejandro Urdapilleta... Me gusta el cine, pero seguiré haciendo teatro y moriré en el escenario, como esos viejos laterales del circuito del off. –¿Por qué prefirió mantener distancia de la organización de esta celebración? –El hecho de que no haya querido intervenir en la cosa burocrática no significa que no tenga repercusión emocional en mí. Fueron años intensos, lleno de gratificaciones por la solidaridad que encontré, por esa especie de locura que tiene la gente de teatro cuando ensaya y está a punto de estrenar, por los extraordinarios fenómenos grupales que se producen... El teatro me enseñó cosas que no entendía. –¿Lo ayudó tanto como la formación psicoanalítica? –En un momento, el psicoanálisis me volvió loco, porque atendía a cuatro industriales que me podían mantener durante diez años. Me sentía perdido como psicoanalista, pero tuve suerte. Un amigo me pidió que lo acompañara a un hospital a ver a unos chicos y armar grupos. En ese trabajo se producían todas las relaciones que había estudiado: las que generan los celos, la rivalidad, el rechazo al recién llegado.... Pero eso tampoco bastaba. Lo interesante fue descubrir la creatividad de cada chico y entender que el juego elaborado con su fantasía era terapéutico. Me metí por ese lado sin abandonar el análisis. Lo que sí dejé atrás fueron los tratamientos individuales. Algunos analistas amigos me decían “estás loco, qué hacés, te vas a quedar solo”. Nunca estuve tan bien. Trabajé con gente muy valiosa, como Carlos Martínez, Fidel Moccio. María Rosa Glasserman, Rojas Bermúdez... En 1963 fundamos la Asociación Argentina de Psicodrama. –Al mismo tiempo, escribía... –Pensé que algunas obras se habían perdido, como Hombres, imágenes y muñecos, Camellos sin anteojos y Circus-loquio, que escribí con Elena Antonietto. De esos años es La cacería (1969), mi primer cambio al teatro sociopolítico. Los personajes eran un comunista, un burgués y un cura, papel que hizo Víctor Laplace. –¿Qué siente ante tantos minuciosos estudios sobre su trabajo? –Se publican libros en Alemania, Francia, Checoslovaquia, Italia... Son estudios académicos que me halagan. Ahora me entero de que se va a presentar La mueca, en Checoslovaquia, y me conmociono. ¿Por qué les interesa? Cuando vi a Jean-Louis Trintignant estrenar Potestad, en Los Angeles, dirigido por Paul Verdier, y que la televisión francesa nos sacaba al aire a él y a mí, me repetía a mí mismo “esto es el sueño del pibe”. Pero lo más lindo del teatro no es para mí ser autor, sino ser actor. No he podido superar el placer corporal de estar sobre un escenario. ¡Es un fenómeno hormonal! En Variaciones Meyerhold, por ejemplo, no empiezo la obra por lo que he escrito sino por lo que me inspira el personaje. Empiezo como si fuera el papa polaco Karol Wojtyla, marcando su rostro y su forma de expresarse. Detrás de esa “máscara” se esconde el Meyerhold que voy creando. En esa obra, este director ruso –que fue detenido en 1939, sufrió tortura y fue fusilado en 1940– habla de Mólotov, canciller de Stalin, y debo construir otra situación física. Ensayaba en el teatro y en casa. En un momento de mi obra, a Meyerhold se le aparece Mólotov queriendo meterle la cabeza bajo el agua, ahogarlo. Por eso en los ensayos pedí a Eduardo Misch, que es actor, director y asistente, que utilizáramos la pileta de natación de mi casa. Misch se disfrazaba de Mólotov y hacía como que me ahogaba. En otro ensayo me ayudaba Susy Evans. Ella se confesaba y en una escena que –pienso– tiene algo de las pinturas de Francis Bacon, hablaba de sexualidad. Todo esto que parece un mundo de locos ha sido grabado y filmado por Misch.

Hilda Cabrera. Página 12. 24 de junio de 2010

miércoles, 16 de junio de 2010

Antología de un pelotudo importante en El Riojano el próximo sábado


Llega desde Tandil…
Luego de las exitosas funciones realizadas en la ciudad de Tandil, Mar del Plata, Bahía Blanca, Azul y Necochea continuará su gira y se presentará en la ciudad de BALCARCE:


“Antología de un Pelotudo Importante”
Un Unipersonal de Teatro- Humor- Música-Stand Up
del Grupo Cachete , Pechito y Ombligo.
ACTUA: Cristian Ariel Majolo
DIRIGE: Agustina Etchegaray

Sinopsis: 5 monólogos, música que los anexa, 5 historias, 5 personajes, 5 pelotudos diferentes, 5 razones, símbolos y frases que los relacionan, 1 mismo actor que los transmite.
Chispa, simpleza escénica, picardía léxica, ingredientes bien batidos para crear un cóctel que desde los primeros sorbos nos evade de nuestras trajinadas realidades.


Club El Riojano, Calle 27 N° 915, entre 28 y 30
Sábado 19 de Junio 21hs
Entradas Anticipadas en Pecas Kids y en A mi manera, costo $ 15.

Más de 800 personas ya la disfrutaron

sábado, 24 de abril de 2010

"La historia de llorar por él" La Fábrica - Tandil

UNICAS DOS FUNCIONES
REGRESA A LOS ESCENARIOS
"LA HISTORIA DE LLORAR POR EL"SALA La Fábrica - Pinto 367
“La historia de llorar por él”
SÁBADO 24 DE ABRIL 21:00 hs
DOMINGO 25 DE ABRIL 20:00HS


TEATRO LA FABRICA PINTO 367

Autor: IGNACIO APOLO
Dirección: BELÉN SERRE SUÁREZ
Actores: NATALIA ALBORNOZ, CRISTIAN MAJOLO

SINOPSIS: Es una obra que trata de dos jóvenes que intentan seducirse en una situación que se torna confusa, Siempre lo mismo: un chico en cualquiera, esperando que lo rescaten, es embrujado mientras trabaja en un maxi-kiosco. Una chica buscando un reemplazo. Se encuentran, se conocen, se aman, Siempre te dejan. ¿Vale la pena llorar por él?

IMPERDIBLE, RECOMENDADÍSIMA. NO TE LA PIERDAS TE ESPERAMOS . VENTA DE ENTRADAS generales ANTICIPADAS con descuento en el Ciber Kiosco de Pinto 460 a solo 12 pesos y no 15 como sale en la puerta. Los estudiantes de la Facultad de Arte la adquieren en la misma sala.

viernes, 23 de abril de 2010

“Segundo Encuentro Nacional de Estudiantes de Teatro (ENET)” Bariloche 2010. Organización Tandil

A todos los que quieran viajar al encuentro les comunicamos que, el costo de la inscripción es de $120 (pesos ciento veinte). Esto incluye alojamiento, desayuno, almuerzo y los materiales a utilizar.
Se están realizando las gestiones para poder solventar el costo del traslado, en caso de no ser posible cubrir la totalidad del costo se deberá incluir al costo de la inscripción el traslado.

El encuentro se realizará los días viernes 21, sábado 22 y domingo 23 de mayo en la ciudad de Bariloche. El cupo es de 25 personas, en los que se contabilizan los integrantes de la obra que participa del intercambio de producciones (en este caso nos representa la practica integrada I "Muestra la espalda. Antología del portazo amoroso").

Para inscribirse enviar un e-mail a: enettandil@gmail.com, este será respondido y se les dará la ficha de inscripción.

Se tendrá en cuenta el orden de llegada de los mails como orden de prioridades (los que primero se anoten primero estarán en la lista). También se considerará aquellos estudiantes que no puedan participar mas que de este encuentro (estudiantes de quinto año de la Licenciatura en Teatro).

Enviar como asunto del mail "inscripción" y en el contenido: nombre, apellido, año que cursan, DNI, mail y un teléfono para comunicarnos.



Esperamos sus mails.


ENET Organización Tandil

“Segundo Encuentro Nacional de Estudiantes de Teatro (ENET)” Bariloche 2010.

Los temas que se trataran son:

El rol del teatro como herramienta social y cultural

Sub.-temas:

- El teatro como una herramienta de cambio.

- Arte y transformación sociocultural

- Licenciado como agente cultural.

- El panorama histórico y la actualidad del teatro.

- Recepción e inserción de la producción teatral en la Sociedad.

El Oficio Teatral: Ética y Estética

Sub.-temas:

- La práctica artística en la construcción de un futuro.

- El quehacer teatral como disciplina. La continuidad de una formación.

- El análisis y la crítica teatral en la universidad.

- El conocimiento Ético y Estético del Licenciado en la producción.

- La institucionalización de la enseñanza del Arte Dramático.

Para el docente, en base a la propuesta que presente, se le solicitará dictar una clase-taller, que no supere las 6 hs cátedra en base a la metodología arriba descripta. Las jornadas serán de 3 hs, una el 22 y la otra el 23 de mayo (en caso de que la carga horaria de la propuesta supere las 3 hs se utilizarán dos jornadas), para las propuestas que solo utilicen una jornada el 23 se repetirá el mismo taller, a fin de que puedan asistir el mayor numero de alumnos.


martes, 9 de marzo de 2010

El próximo viernes en La Fábrica - Tandil

Pequeña Pieza Psicopática

de Federico Roca

Un taxista tiene la oportunidad de llevar a cabo su fantasía: dos hermanas lo invitan a su casa a pasar una noche diferente.

Y resulta ser muy diferente.
Quizás más de lo que él se imagina...

Pequeña Pieza Psicopática, una comedia de exageraciones que mezcla suspenso, humor y locura, se estrena este viernes 12 de Marzo en La Fábrica, con las actuaciones de Catalina Landívar, Jesica Montagna y Sergio Sansosti, bajo la dirección de Sofía Hidalgo.

Actúan: Catalina Landívar, Jesica Montagna, Sergio Sansosti
Sonidos en Off: Esteban Argonz
Asistente de Dirección: Belén Rubio
Dirección: Sofía Hidalgo


Viernes 12 de Marzo - 21:00 hs.
Sábado 13 de Marzo - 21:00 hs.
Domingo 14 de Marzo - 20:00 hs.

Teatro La Fábrica - Pinto 367
Entrada General: $15
Estud. UNICEN y jubilados: $12
Estud. Facultad de Arte: $8

martes, 2 de febrero de 2010

El San Martín, al borde del colapso

En el año de su cincuentenario. A la reducción presupuestaria histórica se le agrega la falta de inversión para el mantenimiento del edificio.
El 25 de mayo, la patria celebra su bicentenario. En el ámbito cultural porteño, ese mismo día el Teatro Colón reabrirá sus puertas después de un extenso proceso en el cual se mezclaron varios intereses. A pocas cuadras de allí, el edificio actual del Teatro General San Martín festejará sus 50 años de vida. Claro que varios elementos hacen suponer que la fiesta en el Colón será la contracara del alicaído edificio del San Martín, que, según el mismo Kive Staiff, director del Complejo Teatral de Buenos Aires, está al borde del colapso.
Para ese día, el funcionario ya tomó una decisión: "La intención es no sumarme al 25 de Mayo. Sin que se entienda como algo peyorativo, nos alejaremos un poco del ruido porque habrá mucha competencia. Haremos, tal vez, una declaración formal y para junio presentaremos un documental fílmico, un libro, un nuevo logo y un acto recordatorio con los que actuaron en el San Martín". A eso habrá que sumar una programación internacional que, según calcula, en un mes estará en condiciones de anunciar.
En estos 50 años, el recorrido que hace Staiff del San Martín evidencia un período de expansión. Claro que ese recorrido (que implicó abarcar otras disciplinas artísticas, crear nuevos espacios escénicos e infinidad de estrategias que convirtieron la institución en el teatro público más importante del país) parecen contrastar con la serie de indicadores que señalan vitales obras de infraestructura detenidas hace tiempo y una reducción presupuestaria que viene de lejos. "Fijate que en 2001 -cuando se creó el Complejo Teatral de Buenos Aires y se fusionó el San Martín con el Alvear, la Ribera, el Sarmiento y el Regio- el presupuesto de ese primer año no fue la sumatoria de cada una de esas salas, sino que ya hubo un recorte muy fuerte que fue aumentando con el tiempo. Ahora, el gobierno de la ciudad habla de falta de presupuesto, y es la realidad que, nos guste o no nos guste, nos toca vivir. De todos modos, nosotros tenemos una actitud de rebeldía; queremos seguir haciendo lo que hacemos de cualquier manera", dice el funcionario que, desde 1966, ininterrumpidamente y durante gobiernos tanto militares como democráticos, ocupa el despacho de Corrientes al 1500. El mismo que ahora dice que desocupará a mediados del año próximo.
El lamentable estado del San Martín es evidente. La charla con Staiff se desarrolla en el bar porque en su oficina del quinto piso no hay aire acondicionado. Las obras de la fachada, que incluye el cambio de la carpintería metálica, están detenidas. A pocos metros del bar del hall, en el baño de hombres, las bachas no tienen agua. "Los baños son insostenibles como lugar higiénico -se sincera-. Está colapsando la estructura edilicia. En otros momentos nos preguntábamos: «¿Arreglamos el baño o gastamos en contratación artística?». Es una disyuntiva peligrosa, porque el edificio está empezando a registrar la falta de mantenimiento."
El listado de averías es extensísimo. Va desde una inundación en un cuarto subsuelo hasta el averiado techo de la sala Martín Coronado, pasando por la sala Leopoldo Lugones, que se reabrirá dentro de pocas semanas, pero sin poder habilitar las últimas filas porque hay desprendimiento de mampostería.
Cuando a mediados de diciembre el Ejecutivo presentó a la Legislatura su presupuesto para este año, el Teatro San Martín, como todas (sí, todas) las obras de infraestructura de Cultura menos el Teatro Colón, contaron con un presupuesto de cero. Varios legisladores, como Inés Urdapilleta y Aníbal Ibarra, cuestionaron duramente al ministro de Cultura Hernán Lombardi. "Vivimos un mundo de restricciones", dijo el encargado del área ante los legisladores que, a los pocos días, propusieron una extensión presupuestaria de 6 millones para el Complejo Teatral. Más de la mitad de esa cifra estaban destinados a la fachada del San Martín para que pueda festejar su cincuentenario con una cara más a la altura de su historia.
La propuesta de varios bloques de la oposición fue acordada con el macrismo. Lo confirma el mismo Lombardi en diálogo con LA NACION: "Somos conscientes de que hay que terminar la obra en el San Martín y por eso no vetamos el pedido de la Legislatura. Cuando nosotros elaboramos el presupuesto, no estaban dados los instrumentos financieros para endeudarse". El monto estipulado era de 6 millones de pesos aunque, ante la consulta, Kive Staiff habla de 4.500.000. Casi simultáneamente, desde la Legislatura advierten que el Ejecutivo habría congelado una partida de un millón de pesos extra para contratos artísticos. Con la cifra que maneja, el director del complejo que depende del gobierno porteño piensa que se harán algunos arreglos, entre los cuales no le consta que se incluya la fachada del San Martín.
Aumenta, pero disminuye
Los datos sobre el presupuesto del Complejo Teatral se prestan a interpretaciones. Lombardi dice: "Este año, arrancamos con tres millones más que el año pasado. A su vez, hay un presupuesto de Cultura para la programación del Bicentenario. La programación que se presentó en diciembre está absolutamente financiada".
Staiff aporta datos: el año pasado, el Complejo contó con 62.812.000 pesos y, para la actual, esa cifra llega a $ 64.881.000. No son los tres millones que se aprobaron, pero es un aumento al fin. Claro que para contrataciones artísticas, un ítem que mide la verdadera capacidad de producción, pasó de contar 12.240.000 pesos a 11 millones (eso, sin contar el proceso inflacionario).
Como a Kive Staiff los números no le cerraban, ya dejó tres espectáculos para el año próximo. De ese modo, pretende evitar esa perversa realidad que viene sucediendo desde hace años, en la que varios espectáculos que deberían estrenarse a fin de año pasan al siguiente, algo que admite el mismo ministro, quien si bien, por un lado, asegura que con el estreno de Mucho ruido y pocas nueces se retomó la temporada de verano, reconoce: "Se podrá decir que arranca con un espectáculo que estaba programado para fin del año pasado".
En la conferencia de prensa de diciembre, Lombardi dijo: "Viajarán elencos al Festival de Teatro de Bogotá y luego irán de gira por España". Por lo pronto, a Colombia no se irá porque ningún elenco del San Martín figura en la programación. "Creo que fue una expresión de deseos", interpreta Staiff. En ese mismo encuentro, cosa que repite durante la charla con LA NACION, el responsable del área afirma que la incidencia de Cultura en el presupuesto total es el más elevado. "Obviamente que está muy influido por las obras del Colón", agrega. Acto seguido, acota: "Después uno puede aplicar o no el prejuicio, pero es el presupuesto más elevado".
En medio de esa lógica de postergaciones, expresiones de deseos, interpretaciones diversas de una misma realidad y esfuerzos aislados, el edificio del Teatro San Martín festejará sus 50 años de vida sin que, al parecer, pueda estar a la altura de su propia historia.
Alejandro Cruz. La Nación. 30 de enero de 2010

Fuente: Boletín El Celcit en Acción - 1 de febrero de 2010 - Nº524