lunes, 23 de enero de 2012

La Nona - 2da. Función

Recomienzan hoy los ensayos de la obra La Nona, que se presentará nuevamente en la segunda semana de febrero en la Comedia del Social. El elenco está integrado por Inés Segurola, Romina Mignano, Silvina Pallotti, Pablo Ferreyra, Lorena Gareis, Pablo Speranza y Fausto Ruidiaz, en la iluminación y sonido Lucas Méndez, la dirección a cargo de Luciano Cristaldo.

Cómo iniciar un proyecto de diseño teatral - por Jorge Ferro

La Escena Iberoamericana
Cómo iniciar un proyecto de diseño teatral (Fuente: Boletín del CELCIT)
Por Jorge Ferro
Cualquier novel diseñador -escenógrafo, iluminador, vestuarista, maquillador- que sea convocado para un proyecto escénico, encontrará una extensa variedad de posibilidades de producción, directores de muy diferentes características y personalidades, en teatros muy bien equipados o en estado de abandono, con políticas institucionales de naturalezas diversas. El teatro profesional -oficial y comercial- propone formatos laborales poco permeables y que hay que cumplir con los procedimientos previstos sin alterarlos demasiado.
En no pocas ocasiones estas variables resultan adversas e inciden de forma directa y negativa en el desarrollo del proceso creativo que conlleva el diseño teatral y es bastante complicado lidiar con ellas.
Pero ocurre también que cuando las variables son positivas y se trabaja con un equipo de dirección y producción que se proponen exigencias superadoras, el proceso creativo se ve alentado y puede facilitarse.
En unos casos y otros, para proteger el proceso creativo de posibles riesgos, conservo, al margen de todas las variables mencionadas, una caja que contiene algunos muy probados recursos y procedimientos de trabajo. No se trata de un método infalible, ni una martingala, ni siquiera una receta ya que no aplico esos recursos siempre de la misma manera, sea por decisión propia, sea por las condiciones en las que he sido convocado.
En todos los casos esta caja contiene piezas con las que puedo armar siempre, distintos rompecabezas. Y con un grado de dificultad bastante alta: no poseo la imagen de cómo deberá verse una vez armado.
Armar un rompecabezas comienza muchas veces por ubicar las cuatro piezas de las esquinas. En este caso, una de esas piezas es, sin duda, el conocimiento de la obra teatral -el libreto de la ópera o el musical, etc.-, lo más profundo posible y desde dos puntos de vista: dramático y contextual.  Esto me permite encontrar la trama y su funcionamiento, los personajes, referencias estéticas y de significado, su metáfora.
Otra de las piezas angulares es la concurrencia a los ensayos, si es posible desde el primero. Y si hay complicidad con el director, participar activamente en ellos. Por poner un ejemplo, el escenógrafo es para los actores, un tipo que está sentado por ahí, anotando cosas, a lo sumo dibujando y que de tanto en tanto charla con el director. En general, el diseñador es en buena parte del proceso de ensayos, un visitante pasivo y lateral. Mi concepto de participación trasciende esa realidad. Considero a cualquier diseñador -no solamente el escenógrafo, a quien cité como ejemplo- como el responsable de crear las condiciones del entorno de la puesta en escena, junto con el director y los actores en el mismo sistema ambiental en el que se crean los personajes que cuentan la historia. Así como los actores buscan a sus personajes dentro de sí mismos y en el vínculo con los demás, me abrazo a la idea de que los diseñadores en los ensayos y de una forma activa vayan leyendo y hallando las respuestas de funcionalidad, significado, poética y estética que contribuyan con aquel trabajo.
La tercera pieza a colocar está relacionada con la búsqueda de estímulos e información dentro de los materiales que ofrece la obra pero también fuera de ella. Si bien la exploración de los datos extraídos de la dramaturgia siempre resulta esclarecedora, la indagación de nuevos elementos, extraños a la obra, hace mucho más rico el proceso. Las posibilidades  creativas  se extienden cuando se produce un cierto mestizaje entre materias extranjeras entre sí, y  a veces, suficientemente distantes.
La cuarta y última pieza consiste en tener, para esta parte del proceso creativo, una actitud lúdica, improvisadora, que permita la participación del azar y hallar el tiempo para ejercerla. Si por algún motivo no tengo la posibilidad de divertirme, de combinar libremente los elementos que he reunido, siento que el proceso puede quemarse por fuera quedando crudo por dentro. El juego debe preceder al trabajo cuando de teatro se trata.
Luego, el armado del rompecabezas continúa con nuevas piezas y habrá que concretar el diseño en sus formas de representación y comunicación hasta completar el proceso con la materialización, la construcción de todo lo planeado.
Pero en aquel momento inicial en que la puesta en escena parece estar atrapada dentro de un espeso banco de niebla, estas cuatro piezas, en el orden y la intensidad en que las necesite, están siempre allí, como antorchas para iniciar la travesía.
JORGE FERRO está a cargo del curso "Claves para abordar el diseño teatral" que, en dos modalidades: presencial y a distancia, ofrece el CELCIT. +info: http://www.celcit.org.ar/cursos/